Muchas marcas están apuntando al segmento femenino, pues se han dado cuenta que es el mercado donde hay mayor oportunidad de crecimiento.
En nuestro país, además de que en términos numéricos la población femenina supera a la masculina, cada vez más las mujeres ocupan posiciones de decisión en diferentes ámbitos.
Asimismo, las mujeres que se están educando a nivel universitario, superan por mucho la cantidad de hombres.
Según estadísticas de Harvard Business Review en 2009, el 80% de las decisiones de compra son tomadas por las mujeres.
Lo que significa que hay un gran espectro de posibilidades, pues ellas tienen influencia en temas que abarcan desde las decisiones de salud de su familia, hasta el vehículo que compra su marido.
A continuación datos interesantes sobre aspectos que influyen en la decisión de compra de las mujeres, los cuales convendría tomar en cuenta si se quiere captar este segmento.
- La mujer investiga más que el hombre antes de hacer una compra, por lo que toma en cuenta al menos 9 factores más que él, antes de tomar la decisión de compra.
- Les gusta tocar, oler, palpar y probar los productos.
- La mujer sale de compras, mientras que el hombre va de compras.
- Comprar es una experiencia y tanto el producto, la marca, como la persona que le vende deben hacer conexión con ella.
- Investiga y reúne información antes de realizar una compra. Esto último es aún más cierto en las cibernautas de 18-24 años que han crecido en la era digital.
- Debe poder percibir el beneficio de manera rápida y sencilla.
- Rechaza los productos adaptados. Aquellos que le hagan sentir que no fueron originalmente concebidos y destinados para ella.
- Si está contenta con una marca, la recomienda. Genera boca a boca de manera espontánea, convirtiéndose en embajadora.
- Si se identifica con una marca, es leal a ella.
- Prefiere productos que ahorren tiempo.
- Está dispuesta a pagar un poco más por la calidad.
- Le gustan los diseños estéticos.
- Toma en cuenta el ambiente y la manera en que los productos son exhibidos, sin dejar de lado la utilidad y funcionalidad